¡Quema madera es: Porque usted lo pidió: Cómo saber cuando tenemos una linda amistad!
Muchas veces creí estúpidamente que podía terminar en la cama con una linda chica comenzando por actuar como su "amigo" o su consejero sentimental. Mientras esta estrategia funciona muy bien en las comedias románticas, de regreso a la realidad sólo me estaba engañando a mí mismo. Una vez convertido en amigo ellas no me necesitan para el sexo.
Ahora puedo decir que tengo bastante experiencia en el asunto y ya identifico sin dudas cuándo sólo soy amigo.
Compañeros, salgan corriendo al oír frases como:
- Contigo puedo hablar de cualquier cosa.
- Eres un chico muy lindo.
- Eres como un hermano para mi.
- Tú sí me entiendes, no como el wey que me ando tirando.
Cuando decidí juntar lo que me quedaba de valor y le proponía a alguna de mis amigas demostrarnos nuestro cariño más físicamente me dijeron:
- No quiero arruinar nuestra amistad.
- Te quiero mucho como para sólo tener sexo.
- Es más bello lo que ya hay entre nosotros.
Una vez en Zipolite Oaxaca conocí a Iana, una linda rubia de República Checa. Pasamos la tarde en la playa platicando y yo le explicaba cosas de México. Cuando le pregunté si quería ir a tomar unos tragos esa noche me dijo que ya había quedado con alguien más. Yo puse mi cara de no me dolió y dije: -Está bien, ya será en otra ocasión. Luego de ver un hermoso atardecer me fui a mi cabaña y me puse a leer tratando de no pensar en ella. Me estaba quedando dormido cuando tocaron a mi puerta.
-Toc, toc, toc.-¿Quién?- Pregunté esperando a algún borracho que no encontraba su cabaña.
-Soy yo Iana.
No se cómo, de un salto desde la cama ya estaba yo abriendo la puerta. Entró y me abrazó, comenzó a decirme que el tipo con el que salió había tratado de emborracharla para llevarla a la cama, que ella no era tonta y sabía cuando trataban de engañarla. Luego de contarme los detalles se calmó.-¿Puedo acostarme en la cama?- Me preguntó.
-Bueno, está bien- respondí tratando de disimular mi entusiasmo.
Se recostó y yo junto a ella, seguimos platicando de otras cosas y yo comencé a acariciar su rubia cabellera, y pensaba que por fin ser un chico lindo iba a dar resultado cuando ella puso su mano en mi mejilla y me dijo:
-Tú me caes bien porque no te quieres acostar conmigo.
Miré mi reloj, en menos de 6 horas ya había llegado a amigolandia con una europea.
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