¡Quema madera es: Darme a conocer con un encendedor!

El otro día fui a visitar a mi amiga Id, cuando llegué a su edificio ¡Zaz! ella no había llegado, estaba ayudándole al nuevo hombre en su vida a mudarse de departamento. Lo bueno, para ellos, es que el interfecto se fue a vivir al edificio al lado del de ella ¡toink!.

Cuando llegaron juntos en taxi bajaron bultos, paquetes y maletas. Entonces me ofrecí a dar una mano y ayudé jalando una de las maletas. Al entrar al departamento puse las cosas que llevaba en la otra mano sobre la mesita de centro: una cámara, tres DVDs y unas fotos. Dejé la maleta al lado de un sillón y esperé. Cuando mi amiga y el nuevo hombre en su vida se despedían tomé lo que había dejado sobre la mesita y vi un encendedor, supuse que era mío y me lo embolsé.

Cuando llegué a mi casa y vacié mis bolsillos me dí cuenta de que llevaba dos encendedores. -¡Diablos! que me he robado un encendedor- Inmediatamente me imaginé el diálogo entre las personas afectadas:

-¡Ashin! ¿Y mi encendedor?
-¿Cuál?
-El rojo, lo dejé sobre la mesita.
-¡Ah, si! ¿No está ahí? ¿Ya buscaste bien?
-Si, no mames, justo ahora que quiero prender un cigarro.
-¿Pero quién pudo haberlo tomado? Nadie ha estado aquí más que tú y yo.... ¡Ah, no! Miento, también entró Id. Pero no creo que haya sido ella, ni fuma.
-Pero vino con alguien más ¿no?
-¡Ah, si! tienes razón, un "amigo" de ella, creo que se llama Lalo. - El nuevo hombre en la vida de Id se lleva la mano a la cien y recuerda -Además se quedó un rato sólo aquí en la sala.
-No manches wey, no puede uno descuidarse ni cinco minutos, bueno ni en tu propia pinche casa, y con un pinche encendedor, pinches muertos de hambre.
-Disculpa amigo, no pensé que esto fuera a pasar, es que el wey dizque se ofreció a ayudarnos con las maletas, pero ya veo. Orita voy al Oxxo y te traigo un encendedor.

Así que pienso que éstas amables personas piensan ahora lo peor de mí. Tal vez sea lo mejor, así ya no los decepcionaré en el futuro. Como a tanta gente.