¡Quema madera es: Nostromo VS La corrupción (Primera parte)!

La jacaranda que crece en la entrada de mi casa ya extendió sus ramas hasta la casa del vecino, para evitar broncas tengo que podarla, pero antes voy a quemarles su madera de hoy.

Cuando tenía 16 era un chamaco caliente, suertudo y pobre, con Claudia nos poníamos unos fajes chingones en donde se nos antojara y se nos antojaba en todos lados. En una ocasión se nos antojó frotar nuestros cuerpos en un parque. Debo admitir que lo nuestro era mucho más que sólo darnos unos besos, al poco rato llega un policía a interrumpirnos y decirnos que estábamos cometiendo "faltas a la moral".

-Muéstrame tu identificación -Me pidió el heroico policía que al ver que se cometía un delito acudía a sancionarlo.

-No tengo, ¿tú cómo te llamas? -respondí altanero, no conforme con violar la ley tuteo al heroico policía. Uno tiene que responder en el mismo tono que le hablan, regla del albur, aunque a los weyes con placa es mejor darles por su lado, en ese entonces no lo sabía.

-¡Cómo que quien soy! -ya enojado y escupiendo las palabras -¡El uniforme de qué crees que es! ¿De bolero? ¿Si te estuvieran asaltando llamas a un bolero?.

-Ya sé que eres policía -y ya le estaba bajando a mi tono -te pregunté cómo te llamas.

-¡Ya te dije que soy bolero! Pareja llámale a la patrulla para remitirlos.

Bueno yo ya hasta deseaba que me presentaran en un ministerio publico, pedir que se me explicara cuál era mi delito, cuando me dijeran: "Faltas a la moral" exigiría testigos que lo confirmaran, diría que era menor de edad igual que mi novia y que no me habían leído mis derechos, que no me habían dejado hacer una llamada y que tenía derecho a un abogado, si no tenía para pagar uno, el estado debería proporcionármelo. Bueno, no tanto así como de serie gringa pero si esperaba poder defenderme con lo aprendido en mis clases de "Derecho positivo mexicano"

-Omega, omega, solicitamos un 18 aquí en bla, bla, bla. -o algo así dijo el otro heroico policía a su radio.

-¡Va a venir la patrulla y los vamos a remitir a los dos!

-Muy bien, aquí la esperamos.

En ese momento comencé a darme cuenta (¿Ven mi agilidad mental?) que podía meter en una bronca a mi novia y pensé en cambiar mi estrategia, por otro lado ya me había puesto altanero y no iba a aflojar ahora. Se me acerca el otro policía y me dice bajito:
-¿Quieres esperar a la patrulla? o tú dices.

¡Ajá! Los heroicos policías se transformaron en corruptos policías. Yo, un ciudadano responsable, no cedería a darles la mordida por salvar mi pellejo, o el de mi novia (aunque se es ciudadano hasta los 18). Pondría en su lugar a estos malos servidores públicos.

-Hijole oficial, no tengo ni qué decirle ¿usté cree que no me gustaría llevar a mi novia a un hotel o ya por lo menos al cine en vez de traerla al parque? Soy estudiante mire -y le iba a enseñar mi credencial pero ¿no que no traía? -estudiamos aquí en Prepa 2 y a veces no tengo ni pa' los pasajes.

-Pues es que yo tengo que hacer mi trabajo. -Dijo el amedrentado policía que sentía el rigor de mis palabras.

-Pues si yo entiendo pero, flexibilidad ¿no puede quedar en una llamada de atención y ya?

-Pues es que ya llamamos a la patrulla.

-Además si lo ofendí en algo discúlpeme, no fue mi intención.

Pues bueno, estuvimos ahí unos 5 minutos más y los policías al darse cuenta de mi jodidez nos dejaron ir.

-Pues mira -me dijo el primero de ellos -ya se tardó mucho la unidad, como sabes no te podemos retener aquí mucho tiempo, pero no vuelvas a hacerlo, este es un parque familiar y hay familias.

-Gracias oficial, si dice usted bien, ya nos vamos.

Ése fue mi primer encuentro con la heroica policía del Distrito Federal, del que gracias a mi astucia salimos bien librados y sin tener que dar mordidas.

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